domingo, 22 de febrero de 2015

Catálogo: los Sí y los No para tapar la panza


Hay un problema inherente a las panzas. Cuando uno quiere tapar, ponele, que tenés feos pies, te ponés botas lindas, o si querés encubrir tetas planas, te ponés esos corpiños con relleno y listo, nadie se da cuenta. Pero las panzas no son tan sencillas y he aquí el centro del problema: la panza está EN EL MEDIO y no se disimula así nomás.
Acá que somos medio onda inUtilísima, te vamos a dar unos consejos para tener en cuenta.

1)        El supuesto aliado para que no se vea la panza es –o fue- el maldito corte princesa. He aquí un ejemplo para los que no tienen idea de qué se trata:

Básicamente es ajustado abajo del busto y después suelto.


El tema es que el corte princesa les queda bien a las chicas flacas -como casi cualquier otra cosa. Pero vengo a descubrir que cuando verdaderamente HAY una pancita para disimular, el resultado es nefasto. Y vos que querías que nadie vea tu panza, te ves de repente con todas las miradas dirigidas a ella, y recibiendo LA PEOR PREGUNTA -a veces verbal, a veces mental: ¿Estás embarazada?

Creés que te queda así.
Pero te ven así.


2)      Otra opción es el elástico en la cintura y la blusa floja, suelta.


Pero tampoco. Porque si tenés espalda grande y/o tetas prominentes, la caída de la blusa queda tan amplia que más bien parecés una bola de navidad.


Creés que te ves así.
Pero ésta es la triste realidad.


3)      Otro de los NO me lo enseñó mi mamá hace mucho, más o menos cuando me explicaron cómo funciona el cuerpo femenino y lo que te pasa en la pubertad.

Ella  me inculcó (al igual que la costumbre ya derrocada de comer light) lo siguiente: “Rayas horizontales si sos grandota NO, NUNCA, JAMÁS; siempre es mejor usar rayas verticales, que te estilizan” 



Bueno y eso es todo. Lamentablemente son todos NO (debería cambiar el título del post). Y también debería tirar a la miércoles toda la ropa del placard, mitad porque no me entra y mitad porque no me favorece. O volver al yogur Ser y todas esas porquerías. 
Mejor me quedo así que estoy feliz, total en una semana ya me tengo que poner el guardapolvo.



(Ya nos habíamos resignado a  las alas)