Leí esto:
“La capacidad de categorizar es fundamental para organizar el mundo; sin las clases deberíamos tratar las cosas y los fenómenos individualmente, lo que resultaría, si no imposible, sumamente lento e ineficaz.” (Desarrollo cognitivo y aprendizaje del niño en edad escolar)
No podría estar más de acuerdo. Para personas encaprichadas como yo en tratar de entender todo, la ubicación de los fenómenos -y los no tan fenómenos- en categorías es E-le-men-ta-l.
Por supuesto hay distintas clases de clases (jiji). Estas son algunas con las que yo me manejo:
Categorías blanco/negro:
Hay sólo dos posibilidades. No hay puntos medios. No es posible pertenecer a los dos opuestos a la vez.
- Me gusta / no me gusta (mi categoría favorita, por su simpleza, subjetividad y contundencia)
- Empanada: frita / al horno
- Ser propietaria / ser inquilina (alguna vez lograré cambiar de categoría?)
- Lo dulce / lo salado (no me vengan con lo agridulce, no existe para mí)
- Le gustan las minas / le gustan los tipos (el problema con ésta es que a veces se presentan casos no tan evidentes)
- Por H o por V/B
- Te banco / no te soporrrrto
- Sufrís por tu equipo de fútbol / lo pasás bomba (ya sea porque a tu equipo le va bien o porque no te interesa el fútbol) (Esto sería una sub-clasificación, soy muy grosa)
Categorías con gama de grises:
- Está sobrio / está alegre / está copeteado / está borracho / es borracho
- No entiendo de qué me carajo hablás / creo que me suena / ah, entiendo / listo, cambiá de tema
- Es light / es sanito / tiene algunas calorías “de más” pero bajables / alerta, alerta / es una bomba de grasa / inyectátelo intravenoso y dejate de joder
continuará…
Caso de estudio: River
me gusta, te banco, me hacés sufrir, estamos fritos, nos vamos a la B