Sí, llegó el día del maestro, y
nuestros alumnos nos escriben cartitas y nos regalan cosas que CREEN que
necesitamos, y lo hacen con mucho AMOR, lo sabemos. Pero ya es hora de que
alguien les diga la posta posta:
A ver, ya tengo 118 carteras chiquis,
¿No se dieron cuenta de que uso mochila? No uso cartera porque NO QUIERO, no
porque no tenga. De hecho la última cartera que me regalaron, para no
archivarla junto con las otras, le puse onda y la cambié por una mochila de
otro color, que todavía no estrené, ¿entienden, mis tesoritos? Ah, y billetera
tampoco porfisss.
Otro regalo que ya fue, BASTA,
son las tazas. Yo sé que le dan el regalo “principal” a la maestra, y para
nosotros, los “especiales” de inglés, música y plástica ya no les queda
presupuesto. Todo bien, te juro. Pero ya no me den más tazas, chiquitos, porque
mi alacena tiene 45 tazas ya, TODAS DIFERENTES papu.
O sea. Acá viene la parte donde
te preguntarás: ¿Qué c@r@j* querés, miss? Y la verdad no sé, no sé qué decirte.
De repente podría ser un libro, o un buen termo, o una gift card? ¿O si simplemente
hacen de cuenta que les re interesa lo que digo y dicen por favor y gracias? Ay…