martes, 15 de septiembre de 2015

Función de la sortija (no la de casamiento; la otra)



Infancia. Plaza del barrio. Calesita. 
Un hombre. No. Un Semidiós, revoleando la sortija. LA desesperación por no llegar a agarrarla –Nunca-. Porque encima el muy hdp te deja pagando sin remordimiento, no hay forma de disimular ese intento inútil por alcanzar la gloria de la vuelta gratis. Imposible pilotearla con cara de No pasa nada tá todo bien, no me interesaba tanto igual. Esa ilusión al ir dando la vuelta y rápidamente buscar con la vista al sortijero(?) y ver que ya no tiene la sortija, que otro niño o niña fue más afortunado que uno. A los 5 años, ¿existe mayor decepción?
Pensándolo bien, la función de tan siniestro dispositivo es entonces, sin duda, la de preparar al infante para la vida adulta, entrenándolo gradualmente para el ingreso al terreno de la frustración, expuesta a cielo abierto.
¿O sirve para alguna otra cosa?


Ooleeee...



 ¿Ves lo que generan?


4 comentarios:

  1. Je. Yo con mi brazo largo me quería aprovechar....y el hdp no me dejaba. Por suerte siempre hay abuelos que se ponen detrás y te patean al sortijero para que no sea un déspota XD

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    1. ¡A veces! Igual como que es una extraña combinación de agilidad y viveza lo que se requiere. De las cuales carezco, claro.

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  2. Y agrego: no sólo lo van preparando al infante para la decepción de la vida adulta, también lo preparan para competir: si no te apurás nene te quedás sin la sortija, se la lleva otro. Basta de calesitas che! :)

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    1. Ah bueno tiene varias funciones. Conservemosla.
      Me hace acordar al célebre: Apurate antes de que se agote!

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