¿Entendés, tesoro?

Basta, me cansé. A ver muchachos si comprenden lo difícil que es ser mina. Y ser una mina presentable ni te cuento. ¡El tiempo (y el dinero) que conlleva la impecabilidad femenina! Peluquería, depilación, maquillaje… Con la edad se suman las cremas: que la crema de día, de noche, de párpados, de cuello y escote, de cuerpo, de manos… ¡¡¡¡Pará!!!! ¿Te das cuenta? Aparentemente debería estar agradecida por tener apenas tres canas por ahora ocultables y evadir así la tintura. En cambio a los tipos las canas les quedan bien, hasta una buena pelada puede llegar a tener onda. ¿Y el cuerpo? Ya no alcanza con hacer gimnasia o Pilates, ahora tenés la porquería esa de los electrodos, las ondas rusas y demás cosas raras que Groupón te convence necesitás. A los tipos nadie los jode con la pancita, señores.
¿Se dan ustedes idea del tiempo que esto requiere? ¿Eh? Porque sin mantenimiento se vuelve a caer todo, vuelven a crecer los pelos y se va todo a la mierda ¿ubicás? Y encima está la competencia de estas insolentes bellezas photoshopeadas de la tele que nos refriegan en la cara lo mucho que nos falta… Así: ¡no!

Muchachos no les pido que se depilen o se hagan las manos, pero media pila para valorar a la dama, que muchas veces encima, encima, estudia y labura. ¡Cuidenlá, serádeDió!

Otra: sostenemos involuntariamente el Imperio Ser. 

Sí, involuntariamente, ¿o vos te creés que yo prefiero el yogurcito este de mierda a un helado de chocolate Alfreddo?