sábado, 22 de octubre de 2011

Paradoja

No creo en el Matrimonio. No creo en una promesa de amar a alguien para TODA la vida, como que es MUCHO tiempo, no? Sí creo en el amor, pero la gente CAMBIA: yo puedo HOY prometer un montón de cosas que verdaderamente siento, pero de ahí a amar hasta que la muerte los separe… no sé si seré capaz de cumplirlo, como que el amor no se planifica…

Andaba yo con las ideas bien claras y resueltas: hace bastante que pienso así. Y no va que en una conversación surge esta idea: justamente si la gente cambia, es posible que en algún momento yo misma cambie de opinión respecto del matrimonio (¡y de tantas cosas!)

Me cagaron, viejo.

¿No será mucho?


Ésta es otra paradoja que me dejó pensando: ¿Y ahora?

7 comentarios:

  1. creo en el hoy, mañana no sé... Y eso que mis viejos llevan 53 de casados y sólo estuvieron de novios tres meses. Igual NO CREO.

    ResponderEliminar
  2. Sin dudas, no se puede amar a alguien para toda la viuda

    ResponderEliminar
  3. Hola primera vez por acá!!Muy buen blog!
    Hay que ir dejando que las cosas pasen, noo?para todaa la vidaa, emmm nunca se sabeee...Saludos!!

    ResponderEliminar
  4. Sandra: creo que entendí lo que quisiste decir, CREO.
    Bati: de acuerdo, pero ojo con la viuda negra eh...
    Natu: Bienvenida! espero no decepcionarte! Pero como vos decís: nunca se sabeeeeee....!

    ResponderEliminar
  5. No, Vale NOOOOOOOOOO CREO NO NO NO NO ! creo solo en el hoy SIEMPRE y NUNCA no están en mi diccionario.

    ResponderEliminar
  6. Sandra: jajaja! mi CREO fue una repetición del primer Creo de la frase, una especie de "hablo capicúa hablo". Tranqui: creo que te entendí! (y creo lo mismo)
    Besos :)

    ResponderEliminar
  7. Hola, Vale! Yo creo. Es decir, creo que si estoy en una relación y me separo porque no funca, voy a arrastrar aquello que no funciona a la siguiente relación.

    Eso no quiere decir que tenga que tolerar o justificar todo, pero lo que tiene que ver con las irritaciones diarias de la convivencia... bueno, es como el guijarro que va limando sus asperezas con los embates del mar. ¿Y si resulta que yo no soy tan perfecta? ¿Y si resulta que el otro es mi mejor maestro?

    ResponderEliminar